Alberto Reyes Naranjo

Mártir Caído en Acto de Servicio el 3 de Enero de 1918

Chileno, veinte años de edad, soltero, comerciante. Se incorporó a la Tercera Compañía el 30 de mayo de 1917. Inscrito en el Registro General del Cuerpo bajo el N° 11.207 y en el Registro de la Tercera con el N° 1527. Del Libro de Guardia, 3 de enero de 1918 : “Horrible desgracia. El voluntario de nuestra Compañía, don Alberto Reyes Naranjo, que a la hora del incendio dormía en el cuarto de guardia, impulsado por su gran entusiasmo, decidió concurrir al sitio amagado, aprovechando para transportarse las carboneras de la bomba de la Décima Compañía, que se encontraban transitoriamente en nuestro cuartel. En momentos en que dicha bomba corría a gran velocidad por la calle del Estado, y al llegar a la esquina de Agustinas, fue estrellada por el carro de la Duodécima Compañía, que salió velozmente por esta última calle. Fue tan recio el golpe que la bomba de la Décima fue disparada sobre la acera de San Agustín, y nuestro infortunado compañero Reyes, arrojado a gran distancia, resultó con su cráneo horriblemente triturado. La fatal noticia fue comunicada a nuestro cuartel a las 3.45 A. M. por la Primera Comisaría, Se decía que un voluntario de la Tercera, herido gravemente en un choque de bombas, había sido transportado en estado agónico a la Asistencia Pública. Todos los bomberos que ahí nos encontrábamos en ese instante, nos apresuramos a trasladarnos al establecimiento mencionado. Ninguno daba crédito a tan tremenda nueva. La amarga certidumbre la tuvimos bien pronto, al contemplar el cuerpo frío y ensangrentado de nuestro inolvidable compañero Alberto Reyes Naranjo, tercer mártir de la Tercera Compañía.Fácil es explicarse la consternación de los tercerinos ante desgracia tal. La fatal noticia se esparció rápidamente, llegando hasta el sitio del incendio, donde trabajaban las demás compañías y cierto grupo de tercerinos. Bien pronto se vio invadido el local de la Asistencia Pública, por numerosos bomberos de todas las compañías, entre otros el Comandante del Cuerpo. Inmediatamente nuestro Director Don Luis Kappés, acompañado del Comandante Don Luis Phillips, y de nuestro Capitán Don Manuel Cordero, se trasladaron al hogar del infortunado compañero Reyes, a transmitir tan tremenda noticia a su señor padre, el voluntario de la Octava Compañía, Don Luis Reyes. En esta ocasión solemne, única en la vida de un hombre, el viejo bombero pronunció palabras que deben quedar para siempre grabadas en la historia de nuestra Institución. Dijo: “Si algún alivio puede haber para mi corazón en estos momentos, es el pensar que mi hijo ha muerto en el cumplimiento de sus deberes”. Ese día se incorporaba a la Tercera el hermano del mártir, don Luis Reyes Naranjo.
Botón volver arriba