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Fallece Jose Luis Claro Cruz

Hoy se cumplen 121 años desde la partida de uno de los personajes más significativos y decisivos en la historia de nuestra Compañía. Víctima de su contexto, pareciera que su brillantez se fuese opacando ante la rutilancia de otros prominentes nombres; Benjamín Vicuña Mackenna, Enrique Meiggs, Manuel Recabarren, Manuel Antonio Matta o Pedro León Gallo. Próceres que definieron la política y futuro del país.

Inclusive sus mismos hijos, Ramón y Luis, se alzaron con audacia y vastos reconocimientos como noveles ciudadanos con profundos aportes al marco legal de la nación. Su esposa, Amelia, descolló como poetisa, compositora y cuentista, reconocida ampliamente como una de las más trascendentales y primeras intelectuales de Chile.

Pareciera que ante tan destacada constelación de personalidades su vida se perdería en el olvido, y claro, pues ni un callejón de la ciudad lleva su nombre. Irracional resulta pensar que su juventud rebelde, su viaje por California en plena fiebre del oro y su ferviente convicción balmacedista se verían diluidas como anécdotas antes la soberbia propia del prontuario personal cargado de bondades de sus cercanos y amigos. Y no por el hecho ser menos, si no que, por su personalidad servicial y apaciguada, y es por ello que eso tiene un sitial especial en la perenne memoria colectiva.

 

Las estrellas se reparten desordenadamente por el firmamento, y pareciera que se suspendieran en el vacío valiéndose por su propio brillo. Pero la verdad es que su brillo se debe al contraste que le genera el entorno, la oscuridad del paño celeste es una característica brillante de por sí. Las estrellas no pueden brillar por sí solas, y se deben al cielo que las cobija y les permite resaltar. Ciertamente en este firmamento de brillantes personalidades se articula en el marco del espacio, y este espacio como argamasa aglutinante define perfectamente la personalidad de José Luis Claro Cruz. José Luis fue ese paño celeste, fue ese eslabón alargado que va uniendo los hilos de la entramada madeja de historias y personas. Ninguno de sus pares bomberos hubiese llegado a tan supina expresión y reverencia si no fuese porque el mismo José Luis por medio de su bondadoso gesto decidiese fundar el Cuerpo de Bomberos de Santiago. Hoy no existe calle que le recuerde, porque para ser justos, su memoria pasea inquieta por avenidas y callejones, acompañando a la bomba, su bomba, y vibrando en cada ulular de sirenas, dando aviso de la llegada con luces y bocinas, a la par de antaño, de cuando vestía la guerrera roja.

 

121 años después de su partida, sigue vivo y latente, en aquella argamasa que dejó, aquel alerón que nos alberga, su Cuerpo de Bomberos, nuestro Cuerpo de Bomberos, el Cuerpo de Bomberos de Santiago.

Hoy se cumple un aniversario más de su partida y sin embargo su vida y memoria se mantienen vigentes, José Luis Claro Cruz, descansa tranquilo, tu Tercera te recuerda con cariño.

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