Entrevista al Superintendente CBS: «La moral de Bomberos está en alto y la mística se fue a las nubes»
Son aplaudidos en las protestas y gozan de una credibilidad que la quisieran otras instituciones. El superintendente de Bomberos en Santiago, reflexiona sobre el descontrol en las calles y el rol de la institución.
En apariencia, Marco Antonio Cumsille es un hombre que luce cansado. Y aunque reconoce que anda sobregirado de sueño, la verdad es que la energía le sobra. Es periodista, productor ejecutivo del área deportiva de Chilevisión y del CDF, también es Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago, cuya jurisdicción comprende nueve comunas de la capital: Santiago, Providencia, Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura, Recoleta, Independencia, Renca y Estación Central.
La pasión por Bomberos se filtra por cada palabra que sale de su boca. Sabe que la institución que lidera es una de las más queridas por los chilenos y lo acepta con humildad, pero sobre todo con responsabilidad.
—Tras el estallido social, Bomberos sigue siendo una de las instituciones más confiables de Chile. Incluso los aplauden en las manifestaciones. ¿Cómo lo toma?
—Es una responsabilidad muy grande, porque mientras más valoración, más compromiso debemos tener para no fallarle a la gente. Estamos donde estamos porque la gente confía en nosotros. Nos deja ingresar a su casa, nos deja entrar a sus vehículos para rescatarlos y nos entrega sus pertenencias.
—¿A qué se debe la confianza que la sociedad deposita en Bomberos?
—Siempre hemos tenido una vocación de neutralidad. Nuestra misión es conservar la unidad, que no se quiebre la fila y mantenernos neutrales, sirviendo a moros y cristianos por igual. Somos 2 mil 403 bomberos en Santiago y hay de todo: voluntarios que están a favor de las movilizaciones y otros en contra. Pero tú te pones el uniforme y la pasión de la calle, queda en la calle.
—En estos 100 días de estallido social, ¿qué ha sido lo más difícil?
—Estar entre fuego cruzado. Por un lado los manifestantes que lanzan objetos y piedras; y por otro lado, la policía que respondió con perdigones y bombas lacrimógenas. No estamos preparados para trabajar entre lacrimógenas, porque no todos usamos equipos de respiración durante una emergencia. Es un ambiente muy caótico.
—¿Han sufrido agresiones durante este conflicto?
—No, pero sí ha habido algunas amenazas. Cuando bomberos salió a apagar buses incendiados, algunos manifestantes nos amenazaban advirtiendo: “Si ustedes apagan el bus, nosotros les quemaremos el carro”. Hace unas semanas, una compañía de Renca salió a un rescate y había una barricada. Los manifestantes los apedrearon, porque pensaron que iban a apagar la barricada y nosotros no apagamos barricadas.
—¿Por qué no apagan barricadas?
—Es una doctrina que tiene el cuerpo. La barricada es un tema de orden público y esa no es la función de Bomberos. Nosotros estamos por la seguridad de las personas y los bienes. Ahora, si hay una barricada que está quemando un lugar donde hay riesgo para las personas, vamos a intervenir.
—¿Cómo ha sido la coordinación y la relación con Carabineros?
—En general tratamos de trabajar solos. En varios incendios se les ha pedido a carabineros que se aleje de los lugares donde estamos nosotros. Si carabineros se acercan a bomberos, nosotros recibimos los piedrazos. Durante las manifestaciones, ha habido un ambiente de mucho descontrol y lo principal para nosotros es mantener el autocontrol en nuestras filas. Y con la cantidad de emergencias que hemos tenido, la gente nos apoya y nos deja trabajar tranquilos.
—¿Cómo está el ánimo de Bomberos?
—La moral de Bomberos está en alto y la mística interna en la institución se fue a las nubes. El compromiso de estar alerta 24/7 para responder donde seamos requeridos, se hizo muy potente. Incluso bomberos más antiguos, que no tienen obligación de participar, tuvieron un rol muy activo.
—Como institución, ¿habían vivido una situación similar antes?
—Podría ser comparable con la guerra civil de 1891. El país estaba muy polarizado y habían compañías pro Balmaceda y otras anti Balmaceda. El ministro del Interior de la época, Julio Bañados Espinoza, había prohibido tocar la campana del cuartel general, porque se pensaba que podía ser considerada una alerta para los golpistas que querían sublevarse contra Balmaceda.
—Acaban de firmar un convenio con el Ministerio de las Culturas, para desarrollar protocolos ante incendios que afecten edificios patrimoniales.
—Los Cuerpos de Bomberos han evolucionado en una innumerable cantidad de especialidades. Este convenio, que se gestó en marzo del año pasado, permitirá hacer un catastro de los principales focos de riesgo en los edificios patrimoniales, identificar los objetos prioritarios que formen parte del patrimonio del edificio cultural y establecer una metodología de trabajo bomberil, con equipos franceses a cargo de la capacitación. Cuidar nuestro patrimonio y nuestra historia, también es parte de nuestra misión.
Fuente: Diario La Segunda